sábado, 19 de diciembre de 2015

EL PODER DEL PENSAMIENTO CONSCIENTE

Cómo curar las heridas del pasado y obtener la vida que mereces.

Gabriela Rodríguez Casas.


Con ese título tan sugestivo inicié la lectura del libro que inaugura la  joven profesional, doctora Gabriela Rodríguez Casas, hija del gran médico y poeta don Julio Rodríguez Rivas (1); bisnieta del otro insigne personaje, sobresaliente en la historia de la medicina nacional el Dr. Julio Rodríguez Morales (2).

Previo a ingresar en el análisis de la obra, respetuosamente afirmo el axioma siguiente: la nobleza espiritual viene sellada en impronta genética y se expresa en la vida, los pensamientos y el quehacer de las generaciones que se cultivan en seres privilegiados que honran la progenie familiar y se suceden en una sociedad dada, en este caso la familia Rodríguez y en nuestra intelectualidad. En comprobación de este aserto, evoco breves pensamientos de dos antepasados suyos que así lo afirman.

El mensaje de don Julio Rodríguez Morales en sus Bodas de Oro profesionales: “Sería esta la ocasión de manifestar el resultado de mis largas meditaciones y de la experiencia adquirida en la práctica profesional, pero qué deciros a vosotros jóvenes que poseéis la ciencia nueva y los conocimientos modernos que los hombres del siglo pasado alcanzábamos a vislumbrar imperfectamente. Que el amor a la ciencia no os haga olvidar al hombre que sufre, y que vuestra principal misión sea el arrebatarlo a la muerte, calmar sus dolores y consolar sus penas, reanimando su espíritu. Tened siempre en cuenta que la inteligencia sola, no gobierna el mundo sino está unida al amor y a la caridad”.
Y el mensaje de Julio Rodríguez Rivas. El científico y poeta, el médico héroe de la Guerra del Chaco que cayó prisionero por no abandonar a sus pacientes heridos, en una heroicidad ejemplar de consagrado Hijo de Asclepio y de Hipócrates, que entregó toda su vida a la formación de galenos ilustres … “Es por eso que el médico no puede olvidar que, junto con las enseñanzas de las innovaciones científicas y el mantenimiento de los imperecederos postulados de la clínica hipocrática, debe tomar muy en cuenta el humanismo caritativo que lo acerque bondadosamente al enfermo y utilice conscientemente los recursos de apariencia mágica que le prestan su prestigio y su personalidad.  No olvidará la perfectibilidad de los valores primordiales del espíritu”
De esta pasta humana está formada, el alma de Gabriela Rodríguez Casas.
Al recibir el libro de manos de su autora que me honra con el análisis del mismo, inmediatamente asocié creatividad superior emparentada con el fundador del Neo-humanismo internacional, SILO, el argentino Mario Rodríguez Cobos, el psicólogo cumbre que logró significación mundial con su obra difundida en todos los continentes; con el filósofo Leonardo Boff  y sus mensajes profundos sobre el valor de la inteligencia cognitiva y la afectiva, sensibles; con Albert Schweitzer el gran médico benefactor que trascendió en la historia de la bondad; con el maestro Oswaldo Chaves de Ecuador y Ludwig Schmidt de Venezuela, los mejores pedagogos de la bioética de Potter. Y, tratándose del contexto grandioso entre el pensar, el sentir y el actuar, la armonía del pensamiento, la paz, la alegría de vivir, es preciso atraer a nuestra interioridad a tantas mentes genuinas de trascendencia, sabiduría y bondad: Romain Rolland, Stefan Zweig, Dostoievski, Beethoven, para enriquecer el alma personal. Ahora, la joven hija del Maestro de la medicina, Don Julio, que con orgullo proclama ser la “Hija de su mente”, declaro que es un regalo aproximarme a sus pensamientos reflexivos, sapientes, orientadores, escritos con sencillez coloquial de elevada materia, adornados con una experiencia profesional relevante, y novedosos en su contenido de praxis científica.    
 
De inicio, encuentro psicología pura, constructiva proyectada sobre los seres cuya existencia cursa en la realidad del tiempo postmoderno cuando las agrupaciones humanas confrontan intereses irreflexivos y la armonía del Bien Vivir se torna conflictiva y difícil. Psicología profesional. Psiquismo, enorme campo del funcionamiento cerebral, del conocimiento; estudio de la mente humana donde anidan el pensamiento racional, las emociones, los sentimientos; la psicopedagogía, el ámbito de lo cognitivo consciente y subconsciente, las destrezas humanas, el desarrollo evolutivo del ser y sus caracteres dentro de la eterna dialéctica del movimiento, la apropiación reflexiva del “Conócete a ti mismo”, tiene en la obra presente, alcances extraordinarios.

Los textos se inician quedamente analizando la mentalidad del nuevo ser, desde la concepción, el estado intrauterino, la niñez, la adolescencia, la madurez, el alcance de Adulto Psicológico, la perfectibilidad hasta la finitud; proceso que hace del ser humano la cumbre antropocéntrica de la naturaleza. O el camino inverso, la deformación del proceso natural hacia un equivocado desconocimiento del poder innato que portamos dentro a partir de su instalación en nuestra propia creación orgánica.

“Somos la Inter relación entre genes y medio ambiente” – afirma. Efectivamente, entre el  genotipo y el fenotipo inter-actuantes, abiertos a la intervención, a la comprensión, en pos de lograr la paz, la armonía, la felicidad.

Gabriela condensa en una veintena de capítulos, sus pensamientos de elevada cultura, sintetiza en ellos todo el conocimiento de la materia en las dimensiones macro de astrofísica y de profundidad cuántica, la funcionalidad de la psique y la espiritualidad.

Es relevante el capítulo titulado: “Encuentro con la causa primigenia y eterna”,  es sencillamente grandioso en su exposición y es una puesta al día sobre la esencia material de la persona humana conectada con el todo. “Somos la materia que ha despertado al conocimiento de sí misma” Se adentra en las profundidades de la naturaleza física, biológica; nos pasea por el tejido celular, la inteligencia ubicada en el núcleo celular y en la membrana; la realidad del átomo ahora divisible en sus partículas descubiertas, las ondas, los fotones, los paquetes de energía, y más allá, el misterioso vació cuántico de donde emerge la realidad concreta; la interconexión universal de nuestra esencia con la acepción - divina - de  la existencia en plenitud de amor.

Concluye afirmando que el amor y el respeto a uno mismo constituyen la clave de la felicidad, y en estos dos principios, la estrategia de curar las desviaciones del desarrollo armónico de la mente.
Todo apunta – mediante la evolución obligada  a la perfectibilidad del ser humano, quien llegará indefectiblemente a aprender su identidad, a crecer en sabiduría,  a asumir felicidad, a convivir armoniosamente en la nación humana universal; o bien, su antípoda, la desintegración entrópica, las fuerzas del mal y la violencia que reactiven el genocidio colectivo y definan el ecocidio planetario terminal.

Lograr el Poder personal, el control psicológico, la madurez de la persona Adulta psicológica, saturada de grandeza y espiritualidad, es el objetivo del hermoso camino trazado por la autora en su libro, saturado de pensamientos altruistas propios de una profesionalidad sublime.
Nos introduce en la utilidad de la meditación. Nos revela la intervención nociva del dogma, la culpa original, el lavado cerebral, el pregonado castigo religioso, elementos que más tarde proporcionan dolor y somatizan patologías psicosomáticas de difícil terapéutica – “que perturban el diario vivir y la salud” - obligándonos a la reflexión del amplio tema de la Higiene mental y la liberación personal del encuadramiento dogmático religioso.

 “No existe otro tú, ni existió ni existirá, y como eres único en el planeta Tierra, tu valor es incalculable”. De ahí la cultura de la vida y el respeto por cada ser humano, milagro irrepetible. No lo expresa, pero está escrito entre líneas, la contrariedad con quienes cultivan la cultura de la muerte, los violentos que relativizan la excelsitud de la vida y perturban la dignidad de persona.

En delicado magisterio Gabriela enseña el significado de la consciencia automática, la consciencia consciente, la consciencia trascendente, hacia la espiritualidad perfecta. Madura su exposición describiendo en este último estadio “la percepción de la fuente infinita es una experiencia de epifanía”
En todo el texto es remarcable el concepto siguiente: “La apropiación de poder decidir qué se piensa, qué se siente, qué se hace”  y en sus propias palabras mensajeras: “La energía reverbera dentro de tí, en tu entorno, y en los otros seres humanos, y llega a todo el universo del micro y macrocosmos”  “

He copiado un párrafo a leerlo en recitativo solemne: “La responsabilidad de la persona “Adulta psicológica” es procurarse un techo espiritual adecuado, que le permita saber quién es uno, de qué está hecho y de amarse con un amor espiritual elevado; techo lleno de comprensión y compasión por uno mismo, por el prójimo, que  proviene de aprender a través de la ciencia que existe un “Dios”, que no es una entidad fuera de uno, un ser vigilante que premia o castiga, sino que es la infinitud en su sentido más profundo, manifestado en la energía, en la materia, en la organicidad, en la evolución a la complejidad, en la entropía, porque lo es absolutamente todo y, está en todos nosotros. Es la inteligencia que implica el universo astronómico y también el cuántico, y es el amor que anida en cada célula humana, a tal punto que sin ella se cae en el marasmo, en la muerte, en la desintegración”
Finalmente, concluyo haciendo mía su sentencia: “Yo honro mi ser, mis palabras, mis valores, mis principios, mi esencia espiritual”

Relato que he conocido y amado a un ser femenino maravilloso, se llamaba Juliana Pozzi Cordano, era un ser superior en cultura y en espiritualidad; aceptó la muerte tranquila y segura de su trascendencia universal. Ahora, reencuentro otra dama de vibraciones semejantes, se llama Gabriela Rodríguez Casas. Me congratulo por ello, y acojo sus pensamientos con cálido afecto y profunda respetabilidad.

Gastón Cornejo Bascopé
Cochabamba, diciembre 2015.

************************
Dr. Julio Rodrguez Rivas (1) +

Ilustre medico y científico boliviano conocido a nivel mundial por sus amplios conocimientos en medicina, arqueología, antropológicos y su espíritu literario. Nació en Cochabamba en 1908, graduándose en medicina en 1035 durante el conflicto bélico de la guerra del Chaco a la cual Asistió como profesional



Dr. Julio Rodríguez Morales (2)
Médico, Hijo de un militar peruano enrolado en el Ejercito del Libertador, estudio medicina en la Universidad de S. Francisco Xavier de Chuquisaca (1866) Se instalo en Cochabamba, se dedico de lleno al ejercicio de su profesión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario